He crecido inspirada por profesores que han encendido en mí la pasión por el conocimiento y han alimentado mis ganas de leer y estudiar. Desde siempre he oído que, algún día, devolvería el ejemplo y el apoyo que recibí de mis mentores. Por eso, siempre me he visto impartiendo clases y acompañando tanto a mis compañeros como a alumnos de cursos inferiores, con el objetivo de compartir este legado.

 

Llevo doce años estudiando música, mayoritariamente el instrumento de la viola, en la Escuela Municipal de Música de Sant Andreu. He hecho tanto música moderna como clásica y he tocado como solista, en el Cuarteto Aquiles y llevo seis años como cabeza de violas en la Orquesta Sinfónica de la escuela.

 

Las artes y la ciencia son dos caras de la misma moneda: el orden y disciplina que he aprendido por tocar Bach son los mismos que utilizo en un laboratorio. Creo fervientemente que todo el mundo tiene las herramientas para crecer en el ámbito que elijan y nuestro trabajo es dar un espacio seguro para nutrir la mente y ambición de quien pise el aula. Por eso me siento alineada con los valores de Ágora, donde la educación integral y el desarrollo personal se pone en el centro.

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Para mí, el inglés vivencial es una poderosa herramienta para el aprendizaje del idioma, ya que no se basa en la simple teoría de un libro, sino en vivirlo y experimentarlo en situaciones reales. Me gusta combinar la inmersión lingüística con la expresión artística, la ciencia y el pensamiento crítico. Me fascina ver cómo los alumnos se transforman y ganan confianza a medida que integran el inglés en su vida cotidiana, y estoy comprometida a guiarles en este auténtico proceso de aprendizaje y lleno de descubrimientos.