Con el paso de los años, la experiencia me ha hecho especializarme en la estimulación del lenguaje, la lectoescritura y la comprensión a causa de diferentes patologías, trastornos o dificultades. Además del trabajo que implica la intervención logopédica, he podido formarme y llevar a cabo numerosos diagnósticos clínicos.

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La pasión por mi labor profesional ha ido creciendo, encontrando más importancia y significación para mí, sobre todo desde el momento en el que fui mamá. Dentro de ese tsunami hormonal y emocional, aparecieron nuevos pensamientos y emociones que me hacían empatizar y comprender mucho mejor a las personas que esperan mi ayuda. 

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Todo esto me empoderó y a raíz de la pandemia, tuve la suerte de formar parte de la dirección de Ágora, de la mano a Ainhoa, fundadora de Àgora,  para poder así contribuir a la comunidad formando nuestra cooperativa sin ánimo de lucro. Mi vida dio un giro de 360º y desde entonces, acompañar, se ha convertido en nuestra forma de vida.

​Actualmente, tengo la suerte de conciliar la dirección y las sesiones en Ágora con mi otro gran proyecto de vida, que es mi familia.